Las formaciones de origen precámbrico se encuentran ampliamente distribuidas en todo el globo. Estructuralmente se localizan dos tipos de zonas: en el interior de cordilleras parcialmente denudadas y en amplias áreas de escasa elevación (escudos). Asimismo, la actividad volcánica en este período fue muy intensa, por lo que muchas de las rocas que corresponden a esta era son de origen plutónico. Los sedimentos predominantes consisten en gravas y areniscas.
Tres fases se pueden distinguir en este periodo. La primera de ellas es la prearqueozoica, cuyas rocas más antiguas datan de una época comprendida entre los 3.700 y los 3.400 millones de años.
La fase arqueozoica, que se desarrolla entre los 3.400 y los 2.500 millones de años, es de hecho una etapa de transición en la que la Tierra inicia su consolidación. Debió existir en ella un único océano y, en consecuencia, un solo continente. Se sospecha la existencia de posibles indicios de vida, aunque solamente a nivel bacteriano.
La tercera fase, la precámbrica o proterozoica, dura aproximadamente unos 2.000 millones de años y se desarrollan en ella diversas orogenias. Su inicio viene señalado por un resquebrajamiento de la corteza granítica y por la aparición de procesos de sedimentación, sobre todo de dolomitas y calcitas.
En relación a los seres vivos, se han hallado un gran número de restos de seres pluricelulares, tales como cianofíceas, braquiópodos, cefalópodos, gusanos y protozoos
No hay comentarios:
Publicar un comentario